Así pondrías en riesgo los dientes de tu hijo

Texto: Irina Kenigsberg

Si tienes hijos, seguro quieres lo mejor para ellos y te ocupas de cuidarlos en cada momento. Pero, ¿qué haces cuando tienen dolor de muelas? Muchos padres evitarían ir al médico, dirigiéndose en cambio a la farmacia, dice un estudio. ¡Eso podría ser peligroso para la salud oral de los pequeños! Checa qué dice la investigación y cómo deberías actuar.

A la farmacia sí, al dentista no

Cuando sus hijos tienen dolor de muelas, solo el 30% de los padres iría al dentista antes de visitar la farmacia, dice un estudio publicado en la revista científica Pediatrics en febrero de 2018. La mayoría de los padres (un 65%) que compra analgésicos en la farmacia lo haría para aliviar el dolor de muelas en los niños.

Esa tendencia sería inclusive más marcada durante los fines de semana, cuando muchos consultorios se encuentran cerrados.

“El hecho de que solo el 30% de los niños con dolor oral vaya el dentista antes de ir a la farmacia echa luz sobre el preocupante poco uso que se les da a los servicios dentales”, indica Vanessa Muirhead, investigadora principal, en un comunicado de Queen Mary University, Londres, reseñado por el periódico The Telegraph.

Para el estudio, se tomó información de 951 farmacias de Londres (más de la mitad de las que hay en esa ciudad), obteniendo datos de casi siete mil pacientes que buscaban analgésicos para jóvenes de 0 a 19 años.

¿Qué deberías hacer?

¿Por qué es tan preocupante la tendencia detectada por Muirhead? “No tratar las caries puede causar más dolor, abscesos y posible daño a los dientes permanentes de los niños”, explica la investigadora. Los niños con cualquier tipo de dolor oral deberían acudir al dentista para obtener un diagnóstico definitivo y para tratar las caries u otros problemas que pudieran tener.

¿Cuándo ir al dentista?

El dolor de muelas no es el único síntoma que debería llevar a niños y adultos al dentista. Checa otros indicadores de que es necesario acudir a un profesional, según el sitio Mouth Healthy (perteneciente a la Asociación Dental Americana).

– Dientes sensibles al frío o al calor.

– Encías inflamadas o que sangran al cepillar.

– Mal aliento o feo o sabor en la boca, de forma persistente.

– Dolor o hinchazón en la boca, rostro o cuello.

– Dificultad para masticar o para tragar.

Ante cualquier duda y antes de realizar cambios en la rutina de tu hijo, consulta a un odontólogo de confianza.

Y tú, ¿cómo reaccionas cuando a tu niño le duele una muela?

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