Torus, bolitas extrañas en tu paladar

Los torus están asociados al consumo excesivo de alimentos grasos / Foto: Thinkstock
Los torus están asociados al consumo excesivo de alimentos grasos / Foto: Thinkstock

Texto: Juan José Aguilar

Los torus (exostosis óseas) son bolitas en los huesos maxilares que no requieren tratamiento, no duelen ni son malignos, y uno de cada 4 adultos los padece. Suelen brotar en la cara interna de la mandíbula, en el paladar o en la superficie bucal de ambos maxilares.

Están cubiertos por encía y son fácilmente apreciables por sus bordes bien delimitados.

Bastará con abrir la boca frente al espejo y palpar con la punta del dedo para observar si los has desarrollado.

Su aparición se ha relacionado principalmente con factores genéticos, el consumo de alimentos grasosos y exceso de vitamina D, además del estrés por el rechinido dental, y consecuentes tensiones locales.

Habitualmente se producen cuando comienza la etapa adulta y las mujeres son el doble de propensas a desarrollar esta condición, en comparación con los hombres. Crecen lentamente hasta que, alrededor de los 30 años de edad, se estabilizan.

Tipos de torus

Palatino. Aparecen en la línea media del paladar duro, con formas diversas, pero también pueden aparecer en la parte anterior o posterior. Algunos suelen ser pequeños y pasar inadvertidos; otros, podrían ocupar todo el paladar, interfiriendo con el habla. La mucosa que los cubre suele estar íntegra y en ocasiones de color pálido. Son los más frecuentes.

Mandibulares. Se observan en la superficie lingual de la mandíbula, a nivel los premolares, pero pueden extenderse hacia los molares e incisivos. Se presentan en varias formas y tamaños. Son menos frecuentes que los palatinos.

Exostosis múltiples. Se desarrollan sobre los premolares y caninos. Pueden crecer en tal forma que podrían afectar el aspecto de la boca del paciente, incluso la forma de la cara.

¿Cuándo deben operarse?

En general, los torus no requieren tratamiento; sin embargo, su extirpación está indicada mediante tratamiento quirúrgico para reducir el tamaño del hueso, siempre y cuando el abultamiento interfiera con la prótesis dentaria del paciente; es decir, que ésta no se ajuste bien a su boca; que la persona no pueda pronunciar correctamente las palabras o que los torus le impidan la buena higiene oral. También, deberán ser operados una vez que estén asociados con procesos infecciosos o de crecimiento anómalo (osteomielitis, carcinomas).

Estas estructuras tienden a confundirse muchas veces con abscesos y con tumores óseos, vasculares y de glándulas salivales, pero pueden diagnosticarse con precisión a través de un examen clínico, radiográfico e histopatológico.
Visita a tu odontólogo.

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Juan José Aguilar es cirujano dentista por la Universidad de Guadalajara, México, y especialista en Odontología Estética y Restauradora. Cédula: 5711438.